La próxima lectura de los cuentos se realizará en la Isla de Mezcala el 28 de agosto
Por Manuel Jacobo
Ante los embates de la sociedad actual y lo que esto supone para las comunidades milenarias, la historiadora Blanca Rocío Martínez Moreno decidió actuar y realizó en conjunto con Los Hijos del Nopal, un libro ilustrado para blindar el conocimiento ancestral de la comunidad indígena de Mezcala de la Asunción, municipio de Poncitlán, Jalisco y realizó “cuentos de la tierra”.
La historiadora y comunera de Mezcala indica que “la tradición oral es muy rica en la comunidad de Mezcala” pero no solo en Mezcala. Oriunda del Barrio de La Cuesta, señala que “México es un país que ha transmitido el conocimiento oralmente, somos un pueblo oral en general y bueno pues definitivamente Mezcala al ser un pueblo originario, ancestral, con estructuras que su origen está en el tiempo de más atrás, esta era un forma efectiva para transmitir el conocimiento”.
Pero en una sociedad que está sujeta a cambios constantes, le pareció adecuado no solo fomentar la tradición oral sino escribirla. “Hay pueblos que es tanta su fuerza que no es necesario -a lo mejor- escribirlo, Mezcala por cientos de años lo ha hecho de esa manera pero creo que la rapidez, el tipo de sociedad en el que vivimos ahora puede modificar las estructuras antiguas como es por ejemplo un pensamiento antiguo como lo tiene la comunidad de Mezcala”.
De ahí su interés por blindar ese conocimiento. “Entonces puede correr el riesgo de desaparecer, por eso me pareció importante el escribirlo”, Rocío Moreno considera que esto es solo un refuerzo pero está convencida que la riqueza de la transmisión oral se hace desde los hogares: “se hace en casa, se hace desde niño cuando escuchan a los abuelos, a los papás, a los tíos, a los hermanos, ahí está la riqueza de la tradición oral porque es la manera más efectiva de preservar ese conocimiento.
Cuentos de la tierra, muestra más que la tradición oral, es una herramienta que está sirviendo para que los pequeños y adultos de la comunidad lleven nuevamente las historias, las vivencias y la cosmovisión de sus ancestros al núcleo comunal.
Y como herramienta que es, ahora está siendo utilizada por el taller comunitario de historia que encabeza Rocío desde hace 14 años en la comunidad, pues se están generando lecturas según el sitio del que se habla. “Creo que eso es lo que buscamos con esta publicación y definitivamente el seguir conservando ese pensamiento milenario, definitivamente acompañado de las prácticas, no solamente hay que creer en la Vieja, en sus poderes de la Vieja, sino que hay que ir, hay que bañarla, hay que agradecerle los buenos temporales, entonces para mí eso es lo que tendría que seguir después de esa publicación, revitalizar esas prácticas milenarias”.
El libro que plasma las historias que Rocío recibió de su madre Rosa Moreno Claro cuando ella era niña, es un homenaje a su madre quien está por cumplir 5 años de haber perdido la vida. Entonces, para Rocío tiene mucho significado, es tradición oral, es historia, es historia familiar, es homenaje, es herramienta y es la historia viva de su comunidad.
La cultura y la tradición oral de las comunidades indígenas, una historia a contrapelo
“La Secretaria de Educación Pública (SEP) a nivel nacional no puede con el paquete de la diversidad cultural, creo yo que desde estos espacios oficiales como son las escuelas públicas, tendrían que generarse espacios en todas las primarias de este país para que los estudiantes, para que los alumnos, ellos pudieran acercarse en primer momento a su historia y, entonces después comprender la historia nacional, la historia latinoamericana, la historia nacional, pero bueno no es así” lamenta la historiadora.
Es por eso que Mezcala ha emprendido sus propios talleres, para ser ellos mismos quienes muestren su historia y vida comunitaria. “Nosotros lo que hemos intentado hacer es trabajar a través de talleres con miembros de la comunidad, más allá de estos espacios oficiales, que bueno, sería fenomenal que desde ahí los niños aprendieran su historia pero esto no ha sido posible”.
Sin descartar la posibilidad de que estos materiales lleguen a las escuelas de la propia comunidad, considera que “esta es una de las motivaciones de nuestro grupo de historiadores de Mezcala, de los talleres comunitarios de Mezcala, que intentamos construir nuestro relato historiográfico, nuestra contrahistoria, nuestra propia historia sobre lo que sabemos de nuestro origen, de nuestro pasado como pueblo”.
Cuentos de la tierra es un libro pensado principalmente para la niñez de Mezcala aunque no es un requisito, es por eso que el lenguaje de los cuatro cuentos están diseñados para ellos pero también que no pase lo que pasa con las investigaciones académicas.
“Las investigaciones históricas o cualquier tipo de investigación -creo yo- quedan como prisioneros en sus propios discursos, en sus propios conceptos y eso lo hace como documentos poco atractivos para la mayoría de la población, a veces, incluso con otros lenguajes que la gente no entiende y no por que no pueda entenderlos sino porque se requiere como un ejercicio más profundo. Entonces me parecía fundamental que aunque es un libro pensado para niños, creo que cualquier persona adulta o un joven pueda interesarse porque en realidad es un libro que se llama Cuentos de la Tierra pero no son leyendas, lo que están escuchando, están leyendo es: ritos, creencias, prácticas que hace esta comunidad y que de alguna manera quien lee estos cuentitos de la tierra puede también acercarse a historia de esta comunidad”.