Con esfuerzos unidos los alumnos del Módulo Mezcala están por concluir su huerto escolar y están por iniciar su farmacia viva.

Manuel Jacobo.- Los espacios son de quienes los trabajan. La Escuela Preparatoria Regional de Chapala Módulo Mezcala, en colaboración con el programa Pies Ágiles del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), han comenzado a generar un espacio para crear conocimiento y convivencia a través de las enseñanzas de la tierra y la generosidad de la agricultura.

Todo inició con la transformación de un basurero que se hizo huerto y, por lo tanto, pasó a ser un espacio de aprendizaje y reproducción de la milpa y la vida. En un futuro venidero ayudará a diseñar la licenciatura en Agroecología de la Universidad de la Tierra que se pretende realizar en Mezcala.

El Huerto Escolar inició en febrero de 2023 y terminará en noviembre del mismo año. Para lograrlo se trabajó principalmente con grupos de la Trayectoria de Aprendizaje Especializante Policultivos y con dos de sus docentes: Carlos Ramírez y José Luis Barragán, además de la colaboración de la bióloga Sihara Casillas Gaeta, quien pertenece al programa Pies Ágiles.

El huerto ha pasado por diversos procesos: primero fue un área de cultivo en la institución educativa, pero después de la pandemia quedó en el olvido total y la basura orgánica que se acumulaba de la huerta de ciruelos se mezcló con plásticos y distintos tipos de residuos, convirtiéndolo en un basurero, sin embargo los esfuerzos se sumaron para transformarlo.

“Muchas horas fueron dedicadas a limpiar y sacar piedras además de escombro de la parcelita escolar. Los estudiantes y profesores trabajaron arduamente en estas labores, a pesar de que este año tuvimos una sequía muy fuerte y tres olas de calor. Fue un trabajo muy pesado”, cuenta Sihara para Radio Chicharra.

El trabajo no fue fácil para la bióloga, pues narra que “al principio fue complejo motivar a lxs estudiantes para que se involucraran más, hicimos dinámicas con respecto a la milpa y saberes campesinos, les dije que yo no era su maestra sino que estábamos aprendiendo también, que se trataba de aportar lo que cada unx sabe sobre la agricultura que se practica en Mezcala y comunidades vecinas”.

Fue así que la dinámica de trabajo fue recíproca y totalmente diferente,  “tanto chicas como chicos trabajan, tienen sus propias plantas, llevan plantas de sus casas y las reproducen en el huerto”; pero fue así que se logró integrar a 21 alumnos de este ciclo escolar, además de dos o tres de servicio social.

Para Sihara es importante aprender y compartir conocimientos y uno de sus principales aprendizajes es “el poder constatar de primera mano que los saberes campesinos viven en muchxs estudiantes de la prepa de Mezcala y comunidades vecinas. A pesar de la guerra capitalista, los saberes campesinos siguen latiendo, esto no significa que no estén en peligro, solo menciono que sobreviven en la juventud”, lo dice mientras señala que es hermoso verles en “acción, trabajando en la composta, podando, sembrando, haciendo sus camas”.

Sin embargo, lamenta que los programas escolares “no son compatibles con los ritmos de la comunidad y mucho menos con los ciclos agrícolas. La segmentación del aprendizaje por materias no ayuda a integrar conocimientos y saberes, mucho menos tener a lxs estudiantes encerrados en un salón recibiendo datos pasivamente. Debemos repensar la manera en que se diseñan los sistemas educativos, pienso que de todo lo que hemos diseñado en la historia, la educación es de los sistemas que brillan por su falta de creatividad”.

A este hecho se suma la realidad de los docentes rurales “es muy lamentable, si consideramos que muchas de ellas y ellos no tienen plaza, dan clases en varias escuelas, una tras otra, no hay una estructura que permita al docente un desarrollo profesional más integral, hay muchos vicios en estas estructuras al interior de la Universidad de Guadalajara”

Viene lo que viene: Farmacia viviente

Ahora se está trabajando para darle vida a una farmacia viva, en la que se pretende intercalar otros sistemas como lo son la agrofloresta y en la que se combinan frutales de diversos tiempos con la huerta de ciruelos existente, además de agregar plantas de ornato y algunas regeneradoras del suelo.

Este proyecto pretende ser más ambicioso y se buscará que más personas se involucren, “incluyendo padres de familia, por esta razón es muy importante trabajar con los docentes, que perciban que su trabajo no solo es importante sino que es valorado y está siendo observado por otros miembros de la comunidad y de otras instituciones, en este caso el CONAHCYT”.

Pero el trabajo es más complejo y se busca que en un futuro se involucren al grupo y a los docentes “en otras actividades como son: ferias, conferencias, concursos, etcétera”. Además se ha “hablado de conformar una red de huerteros que incluya a las prepas de Chapala, Ocotlán, Ixtlahuacán y Poncitlán”.

“Esta es una iniciativa del maestro Carlos Ramírez, a mi me parece muy chida, pero falta dar pasitos más cortitos primero. Un huerto implica inversión y trabajo comunitario constante, es esencial que primero nos enfoquemos en resolver la parte del financiamiento y de los aportes comunitarios, incluyendo de la UdeG en trabajo y especie para lograr mantener espacios de esta naturaleza”.

Por último, la bióloga señala que la Universidad de Guadalajara “a través del SEMS tiene la responsabilidad de dar respuesta a la enorme crisis ambiental y sanitaria que se vive en Mezcala y en comunidades vecinas, retomar una alimentación libre de tóxicos es fundamental, el huerto se vuelve un espacio ideal para el aprendizaje en torno a una alimentación sana y culturalmente adecuada”.